Te das vuelta, dándome la espalda y cubriéndote hasta el cuello con las sabanas rojas.
Creía que era distinto, pero te escuché de cerca y vos también respiras pausado. Por los dientes entreabiertos se cuela el aire que congela tu lengua que es muda, y moves las piernas al mínimo roce. Por eso elijo estar quieto, para no trasgredir al sueño, mientras me niego a que sea lo mismo, detrás del rojo telón de esas sabanas humedecidas del aliento agrio y reseco. No puede ser lo mismo!
Hoy el colectivo de la mañana y las sabanas rojas y los tres cuartos de tu espalda, que reverberan con las primeras luces que atraviesan las ventanillas. Hasta llegar al laburo y de vuelta tu espalda destapada reflejándose en el metal del portero eléctrico, que se repite en la mesa del almuerzo, y en el viaje de vuelta, que me deja verla bañada de sombras.
Y ahora sentarme en la cama, y al costado vos que tiras de las sabanas para volver a taparte la espalda que lucha por asomarse. Y es inútil pelear para que no sea otra vez lo mismo.
Ya no lo es… es más, creo que las sabanas son grises.
Creía que era distinto, pero te escuché de cerca y vos también respiras pausado. Por los dientes entreabiertos se cuela el aire que congela tu lengua que es muda, y moves las piernas al mínimo roce. Por eso elijo estar quieto, para no trasgredir al sueño, mientras me niego a que sea lo mismo, detrás del rojo telón de esas sabanas humedecidas del aliento agrio y reseco. No puede ser lo mismo!
Hoy el colectivo de la mañana y las sabanas rojas y los tres cuartos de tu espalda, que reverberan con las primeras luces que atraviesan las ventanillas. Hasta llegar al laburo y de vuelta tu espalda destapada reflejándose en el metal del portero eléctrico, que se repite en la mesa del almuerzo, y en el viaje de vuelta, que me deja verla bañada de sombras.
Y ahora sentarme en la cama, y al costado vos que tiras de las sabanas para volver a taparte la espalda que lucha por asomarse. Y es inútil pelear para que no sea otra vez lo mismo.
Ya no lo es… es más, creo que las sabanas son grises.
4 comentarios:
me gusto mucho!
muy sexual de todos modos como todo lo que escribis jaja
un beso dieegote
ayy Diego o como te llames...hace un rato largo estoy leyéndote y juro que me hiciste reir muchísimo con los tres blogs que mencionás en un post...soy tan chusma que entré..uno esta cerrado...en el del gordito... a la tercer línea con la palabras cabessshos me mató...no podés... jajajajaj bahh sii podés.. hacelo !!!! y el de las fotos...hay de todo en la viña del señor...sos un guachooo jajajajajajajajajajajatuve un mal día y la verdad me cague de risa. Abrazos.no comento mas ... me mató eso de que te dejan comentarios para que pases jajajaj
y los premios??? tuve un ataque...me negaba a colgarlos ,tengo un post para mandarlos a la mierda y los puse por educación...pero en cualquier momento me libero y aclararé toda esa mierdita de que te mandan un osito y demás huevadas paracq ue cites al del premio (pouro mkt)...jaaaaaa cai en la forrada y me dio pena , me senti guaranga de no aceptar colgar haditas grasas y plumas de oro en el blog...pero basta...debo ser fiel a mi misma y escribir que opino de esas pelotudeces...ABRAZOS.
ahh saludos aunque no te gusta la gente que hace blogs....te cuento que a algunos blogs los escriben seres intraterrenos jajajajajaj o espíritus que deambulan, o cuando hay día de salida en el Braulio Moyano.
Guaaaaaaau!!!
Poniéndole temperatura al blog!!!!!
Excelente relato
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