jueves, 2 de julio de 2015

Soy ese del que nadie sabe. Soy el nombre que nunca recuerdan al extender la mano en un saludo. Soy la cara del que sube detrás tuyo en el ascensor y se asoma por la ventanilla del pago fácil con la plata contada. Soy el pariente que aplaude en las fotos de cumpleaños, y ese que en el colegio, se sentaba al fondo del salón contra la ventana.
Soy el que espera con frío al colectivo y el que tira un paraguas roto al costado del cordón. El que deja su lugar a una embarazada en la cola del supermercado y ese que también toca bocina cuando se enciende la luz amarilla del semáforo. Soy el beso rápido a una madre en las mañanas de domingo y el que se ríe con las mismas anécdotas en los asados. El que alcanza la pelota a los chicos que juegan en la plaza y echa a los limpiavidrios de las esquinas. Soy la cuarta llamada perdida en tu celular y esa película empezada en la tele. Soy el de enfrente, el hijo de aquel y el hermano de éste otro, soy ese del que nadie sabe.

martes, 5 de marzo de 2013

Ramón Falcón y Rivera Indarte


Recuerdo las noches tranquilas en las que solo me hacia falta un poco de Charly Parker de fondo y una hoja en blanco para evocarte.
Esperaba con el auto frente al semáforo en rojo, y a mi izquierda la vi pasar caminando. Llevaba una cartera colgando de sus hombros. Una de sus manos buscaba algo dentro de ella, mientras con la otra sostenía con vigor un paraguas cerrado, de esos baratos que venden en la calle.
Veo solo una de tus manos, que adopta una posición conservadora que empuña a un paraguas mojado. Posición que impide identificar el color de tus uñas, que bien podría recordar más tarde, para escribirlo frente a una hoja en blanco escuchando a Charlie Parker de fondo.
Te resulto indiferente detrás del vidrio de mi auto.
Cuando me toca avanzar lo hago lentamente para memorizar detalles en tu andar que te desliza sobre las baldosas acanaladas del barrio de flores.
Detalles descriptivos de tu figura, el rostro, tu pelo o la forma en la que vestías; prefiero eludirlos porque solamente remitirían a compararte con el recuerdo de diferentes mujeres que también coincidirán con ribetes tuyos y de tantas otras que viven en la cabeza de otros hombres, que quizás puedan leer sobre vos.
Elijo recordarte y no dar registro sobre el papel. 
Al fin y al cabo tu destino se diluye como la última visión que guardo de vos, luego de avanzar con la fila de autos bajo el semáforo en verde. Figura seccionada en seis partes, por los hilos oscuros del desempañador que atraviesan la luneta trasera del auto, figura con manos, que llevan las uñas pintadas valla a saber de que color.

martes, 6 de marzo de 2012

Antes de prender la radio


Son las 00:28hs., el sueño no llega antes de las 2 de la mañana, para después dormir con suerte mis 5 horas diarias.
Hace un tiempo largo que me entretengo contando minutos, es lo mas parecido a acomodar en cajas la ropa que no voy a usar nunca.
Me entretengo buscando un orden en lo que no necesito. Al margen de mis 5 horas con suerte, para que mañana ya este arriba antes de que el despertador suene al costado de mi oreja izquierda, para así salir apurado a trabajar: desayuno, el clima, apenas un silencio y escupir el buche con dentífrico. Cerrar con llave la puerta, e ir sacando el auto al tiempo que me voy subiendo la bragueta del pantalón.
Quizás mañana pase Yanina, la vecina de la esquina mientras saco el coche del garage.
Imagino que los dos debemos ser muy distintos. Las veces que la veo temprano a esa hora que se repite, como se repiten las horas del almuerzo y la del sueño que no llega antes de las 2 hs. Ella pasa tranquila con su camisa blanca planchada desde anoche, camina hacia el centro de Ramos Mejía y va comiéndose un durazno sin pelar. La miro detrás del parabrisas, con mi aliento a café que me brota del estomago, y ella entretenida con su durazno, nunca se dio cuenta que con mi vencido disimulo, hago que no ando mirándola desde adentro, aunque no me salga del todo bien.
No se da cuenta y no me mira; simplemente porque nosotros debemos ser muy distintos

martes, 6 de diciembre de 2011

Stardust


Tanto puede tardar en subir esta gacha. Creo que casi todo lo bueno estuvo hecho para que pase allá por el año 98.

martes, 15 de noviembre de 2011

Entre Angel Gallardo y Diaz velez

Las plumas de los patos se secan con el sol del domingo. Los blancos, los grises y pardos a pintitas, todos los patos son dignos de ver, pero es más que obvio que los que resaltan por el verde metalizado en su cabeza, son mis predilectos.
El olor del Porro, baila con el poco viento, que revienta las burbujas que hacen los chicos con detergente.
Inertes las estatuas vivientes, que por 50 centavos, nos convidan de su pisoteada dignidad.
Creo que la gente se para a mirar a los artistas callejeros, solo para quedar bien con las otras personas, que se pararon a mirar antes que ellos, más que para rendir cierta pleitesía a los grupos teatrales que improvisan movimientos clásicos de un Mimo, en los portones de salida del parque Centenario. Toda esta gente parada mirándolos con una sonrisa, sin saber bien por qué siguen ahí sin mirar la pantalla de sus smartphones, pugnan por saber cual de todos ellos va ser el primero en aplaudir, tarea para nada sencilla, debido a la complejidad que conlleva interpretar las pelotudeces que representan aquellos artistas adiestrados en las sociedades de fomento.
Cuando el que actúa es un pelado de bigotes que se hace el karateca, revoleando un cartel de chapa en las manos, es complicado saber bien cuando terminó con su performance actoral.
De todas formas siempre hay un vencedor que ostenta con ser el primero en aplaudir, para luego tirar sobre la manta con sumo orgullo el billete de $2 que le dio de vuelto la vendedora de sahumerios del puestito de la entrada.
Se que lo hacen para aparentar superación, y tirarle unos pesos es una forma de legitimar una distancia clasista. Es una forma de decir: yo soy el señor que aun mantiene la cordura y vos sos el gil que todavía sigue haciendo forradas en la plaza para llamar la atención. Yo ya crecí.
La verdad no me interesa, el verde metalizado en la cabeza de los patos es gratis.

domingo, 2 de octubre de 2011

La rubia que era peligrosa

En el hotel, se escuchaba desde lejos, al tren acercarse a la estación Villa del Parque, era lo único que me hacia acordar de todas las demás personas que existen afuera y también respiran con el aliento de los otros. Después era solo girar en la cama y que no existiesen más.
Y cuando el sol del sábado, inundó la pieza, me acuerdo, que te pregunté una sola cosa antes de que te bañes para sacarte toda la noche de encima.
Me contestaste que ya sabias que eras linda para todos.

martes, 13 de septiembre de 2011

Kafka

Que tal, yo se que no soy conocido, pero bueno... básicamente soy un mediocre.
Trato de subsistir haciendo lo que no me gusta, pero aprendiendo a ahogar la infelicidad propia del ser, con la capacidad del consumo, y aspirado a un LCD o forradas por el estilo, a modo de simple método de evasión mental.
La cuestión es que no es sencillo creérmelo, porque es un engaño muy básico el que busco hacerme. Por eso hoy llegué por vez número 137, a decir Basta!! no tiene sentido bancarme esto, váyanse todos a la concha de la lora!. Soy gentil y amable y domesticado con el uso del "buen día" en las mañanas, no es justo que una conchuda me forré, para hacerme sentir el rigor de ser quien me está pagando el sueldo. Tan mal te cogen? .
No me lo merezco. Educación y buenos modales, tanto es pedir? la puta madre!. Para colmo todo es tan despersonalizado, que hoy trate de mandar curriculums a cualquier lado, con tal de irme del laburo, y para todo es necesario llenar un puto perfil con mis datos, y leer como un imbécil los requerimientos especificados de oferentes que no entiendo que es lo que están pidiendo en resumidas cuentas, porque yo ni siquiera se que puedo brindar.
Estoy cansado de muchas cosas y se que estar escribiendo a esta hora me hace sentir que nada cambia. Que hace 150 mil años un cavernícola que pisaba un hueso enterrado se lastimaba la planta del pie, y volvía sangrando a su cueva para pintar boludeces en las paredes con su propia sangre.



miércoles, 7 de septiembre de 2011

No alarms and no surprises

Ella es como el gajito que arrancan de una planta que está por secarse, para ponerlo con agua dentro en un frasco vacío, de mermelada “La Campagnola”.
Ella crece arriba de la heladera, en una cocina con azulejos sucios de grasa.
Segura, ausente de los peligros que tendría vivir en un jardín. Ahora está lejos de las hormigas, las heladas de las mañanas, y las meadas de los perros.
Ahora ella vive, bebiéndose los 15 centímetros de sol, que entran por la ventana del mediodía.; y crece chiquita adentro del frasco, con los limites de vidrio, en el que resbalan sus raíces que apenas sienten cosquillas, al tratar de estirarse más de lo que pueden.
Está sola, y después de las 2 de la tarde, se esfuerza por alcanzar ese último pedacito de sol que se aleja, por detrás del almanaque, y la estampita de San Cayetano.
Sus hojas son chiquitas, pero verdes, color de la garantía de su crecimiento restringido.
Sin temores. Ahora ella vive.



martes, 26 de julio de 2011

Puerta roja

Siempre pensé que es un tema químico lo mío, el problema es de las sustancias que no irrigan los neurotransmisores. Puedo pensar en la mierda de mi laburo, en una mina o en dos, pero basta con resumirlo en que las neuronas dejaron de bañarse en dopamina, para saber que sos casi un maniquí al que vestís y desvestís. No sé que es la dopamina, pongámosle que es una pichicata natural, que brinda sensación de bienestar.
Fue un viernes a la noche donde solté feromonas (otra sustancia natural), cuando vi a una mina sentada en un sillón entre montones de compañeros del trabajo. Era un after-office en San Telmo.
Se llama Sofía, es lo único que sé. Es muy flaca, de ojos marrones a primera vista y verdes recién a la cuarta mirada; su nariz alargada, sobre su boca enorme con labios finos; no tiene tetas, pero es muy alta y ese pelo larguísimo de un color oscuro y claro a la vez, el color que indica que huele bien desde lejos, huele a feromonas creo, por más que las feromonas no huelen.
Las hormonas que enaltecen la belleza, irradiaban de su cabeza, se lo dije y no me creyó, -Nena tenes el pelo lleno de feromonas!, por tu culpa no puedo dejar de mirarte, y sentir la necesidad de acercarme para decirte estas huevadas sobre la química de los cuerpos.

A vos no te interesan, porque tu felicidad pasa por otra parte, y que te pueda causar cierta gracia que yo te lo explique de esta forma, es el misero boleto que habilita la dopamina que alivia mi sentidos.

Sofía sonrío con su boca enorme.

lunes, 20 de junio de 2011

Es el A- B - C !!

Yo no entiendo dónde están los cráneos mas valiosos en la rama de la biotecnología, genética, o sin ir más lejos, de la propia medicina, tan difícil es darse cuenta que la solución a la calvicie, está en el gen de cualquier boliviano.
Vamos muchachos , o no se dieron cuenta que no existe un solo boliviano pelado?
Que esperan?, empiecen de una vez con este tema, el primer paso se los entregué yo, desde mi humilde lugar de observador científico, ahora está en ustedes inventar la vacuna.
Vamos!!, empiecen yendo al mercado central a recabar información, muévanse de una vez. Después no se quejen que los fondos del CONICET son escasos, ustedes tampoco se esfuerzan.

martes, 17 de mayo de 2011

En Sol Mayor

Con el paso del tiempo fui involucionando en mi forma de tocar la guitarra, no debo saber más de 6 canciones, de las cuales la mitad alcanzo a tocarlas hasta el acorde final, al resto las abandono por puro desinterés.
Recién agarré mi guitarra, que dentro de mi casa es una nómada que va de cama en cama, o del sillón a una mesa, acumulando la tierra suspendida en el aire. La limpio únicamente cuando le cambio las cuerdas, o sea una vez por año, más o menos. La levanté, sin tener ganas de oír nada en especial, como hago siempre que la levanto, ya más por acostumbramiento que por placer, y noté que siempre toco de arranque a la misma tonalidad. Un Sol mayor.
Ahora me acabo de dar cuenta que mientras más despacio toco, mejor suena. Hasta parece que me encanta lo que estoy escuchando. El único cambio es la razón de disponerme a alcanzar una cierta tranquilidad, como para percibir esa diferencia, con todos los otros soles que conocía. Si tocara como de costumbre, escucharía los mismos sonidos incipientes, que son demasiado repetitivos después de tantos años de venir tocando el mismo instrumento.
Fue un segundo en el que me preocupé por valorar, ese momento que trascurría en Sol Mayor, sin pensar en lo que vendría más tarde. Me abstraje de la modulación musical, la cual se encarga de cambiar un tono por otro diferente. Es indistinto que se module luego a un La menor o un Do mayor, como suele ocurrir en la mayoría de las canciones. En ese ápice de tiempo me mantuve embebido en toda su sonoridad de escala con un solo sostenido en la clave, la segunda de todas las mayores. El hecho que este en mayor, denota que mi ánimo es alegre está noche. Toda la música triste está escrita en tonos menores. La mayoría de los tangos tienen sus primeras estrofas en tonos mayores y el estribillo en menor, o viceversa. Es decir se reparte su dialéctica poética, dentro de un contexto de discordia y sosiego, amalgamando un todo.
Lo importante es que supe vislumbrar un instante de belleza en un miserable Sol Mayor, por el solo hecho de concentrarme en él únicamente.
Creo que muchos de nosotros cometemos el mismo error de preocuparnos en aquello que es próximo, y a la vez cercano. Sin darnos cuenta, vamos aniquilando montones de soles que pasan sin penas ni gloria por nuestros tímpanos, por esperar la incertidumbre que envuelve a la nota siguiente.
Por esto mismo me pregunto, ¿por qué la gente está tan apurada?, e insulta mucho cuando pierde un colectivo a la salida del trabajo, o se resignan aplastarse los unos con otros para no dejar pasar el colectivo que se detiene en la parada, totalmente colapsado con otras tantas personas que tampoco han de resignarse a esa espera que los aleja de aquello que verdaderamente les importa. Aquel lugar donde se dirigen con esa presura, ¿qué universo desconocido para mí les está ofreciendo?. Quizás halla pasado tan distraído por este mundo, que me he perdido cientos de destinos que también suenan en Sol Mayor.

martes, 18 de enero de 2011

Soberanía

En el caserón de floresta donde vivía mi tía Julia, hubo un loro, que hablaba. Cada vez que sonaba el timbre de la calle, gritaba " Dante! Dante!" , llamando a su viejo dueño, fallecido hace años. Llamaba a Dante y puteaba..porque los loros putean mucho generalmete y nos hacen reir.
Los loros son verdes y tienen las alas rotas para que no puedan volar y escaparse regalando felicidad a otras casas vecinas diciendo sus insultos.

domingo, 16 de enero de 2011

pragmático

Es triste, pero en mis 26 años, lo único que creo saber de las minas, es que les molestan que les toques el pelo.

martes, 11 de mayo de 2010

La rubia de la GNC

Hay veces donde no se puede escapar de lo mundano, del aire repetido de cualquier lunes. Tengo los pies húmedos, de baldosas flojas y las zapatillas pegadas con poxirán.
Hace más de dos meses que no me afeito. Cuando voy al baño veo mi sombra reflejada en los azulejos marrones. En mi sombra los pelos desbaratados que asoman desde los maxilares. No me gustan mis pelos largos, pero elijo no cortarlos. Juego de alguna manera a ocultarme, a esconder de un mundo desagradable, a mí belleza pobre, de cara bien afeitada. Mi barba desagradable, para mi mundo desagradable.
Las otras veces el mejor escape es pasar y quedarme mirándola a ella por un ratito, ver como los demás hombres, buscan hacerla reír, soñando también con su desnudez. Los hombres iguales a mí, con zapatillas pegadas con poxirán seguramente. Pero con la única diferencia de que ellos no se dieron cuenta que no pueden tocarte.”We cannot touch her”. Yo no me esfuerzo, te veo hermosa desde fuera de tu pecera, y acerco el dedo al vidrio para llamarte la atención a mi manera, para después dejarte nadar.
Ayer te vi de vuelta, y mientras las conversaciones de ascensor se encaminaban hacia su común destino de fracasos, desde el otro lado del vidrio con marcado desden me miraste por esos 3 segundos demás, que exceden la cortesía de cualquier tramite comercial. Me dijiste:-Y esa barba?... te quedaba más lindo afeitado, por lo menos a mí me gustaba más así-
Después sacaste la manguera y cada uno volvió a su pecera, que tanto humedecen mis pies de días lunes.

domingo, 14 de marzo de 2010

Revolución Industrial - 2º parte-

































No te burles al verlo, en algún momento él supo por donde iba el asunto.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Y fue en sus tiempos la reina del Montmartre...

Lo único que supe es que no podía resistir la tentación de abrir la blanca puerta de una habitación, en donde sabia que estarías hundida entre las sabanas inundadas con el olor del sexo. Lo último que quería era verte, pero sin pensarlo mucho, mi mano se enfriaba con el metal del picaporte que empezaba a girar hacia la derecha.
Fue lo último que verdaderamente supe, antes de que mis ojos vean los cables grasientos y encintados del portalámparas, que cuelga del hueco despintado, en el techo de mi pieza.
Sentí mucho calor, y esa corta sensación que uno trae medio de contrabando desde aquella otra habitación que te enfría la palma, al ingresar en ella. Ahora que uno sale de la misma de improvisto, está en otra habitación con las manos sudadas. Puede que sea un tanto raro... pero este componente efímero, hasta me hizo creer que ya había amanecido, con toda esa luz que tiñe de anaranjado el ambiente. Me asusté pensando que desperté tardísimo sin ir al trabajo siquiera, cuando en realidad se trataba de una truncada siesta de valla a saber que tarde de noviembre. Después a enjuagarse un poco la cara en el baño, y vaciar el frasco de Nescafé abajo del lavabo, que ya se llenó de agua otra vez.
Mañana capaz arregle esa gotera.

martes, 24 de noviembre de 2009

Los Blogs son todos una verdadera bosta

Menos el mio, por el simple hecho de que soy genial, y ustedes son demasiado boludos. Pero se que no lo hacen de malos sino porque no les da.




El Gabo que escribe en los baños y no conoce demasiado de ortografía, es el mismo que puede escribir otros grafitis arriba del mingitorio como "Si te arde cuando meas andá a un médico", o decir cosas como "Mi mamá no me deja entrar a este baño, porque dice que me drogo"












Y otro día conocerás la peor angustia
Hasta las sonrisas tienen labios leporinos
Sos tan rubia, que tu cola dice BOXING