La chica rubia de palermo que estudia abogacía, y el padre le paga las vacaciones en Pinamar con sus amigas, quedó perdidamente enamorada del tipo que está al borde de cumplir los 30, y hace malabares con clavas encendidas en los semáforos, con el riesgo de quemar las pocas rastas que le quedan, en su cabeza acechada por alopecia maquillada de cultura reggae.
Juntos bebieron de golpe un amor entero de libertad y progresismo, que duró casi dos meses, rozando tangencialmente a la primavera.
El final era inminente. Él no tuvo la culpa de no tener jamás, mas de $5 en sus bolsillos, o de tararear con la guitarra a Manu Chao, vistiendo con ropa de ferias, y alimentándose de mandarinas robadas.
Un día los viajes en el furgón dejaron de ser divertidos. El olor del porro no transformaba en gracioso a ningún comentario del Che Guevara.
Ahora ella baila, en Pacha. Y vos sos lo mismo que fuiste siempre, para cualquier almacenero de barrio: Un negrito roñoso!
Raro que suene Jeff Buckley
Aca saca la foto, no me ves, pelotuda.!..y la sacó donde quiso
Bueno no me banco mucho, que me vengan a pedir monedas, nada más.
Después trato de ser bueno con la gente.
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5 comentarios:
Ohhhh, que extremisimo lo que escrivis...y pensar que las historias de amor son mas intensas cuando mas tragicas, que gracia la de los humanos que siempre queremos sufrir para sentir...muchas gracias por compartir tu arte, saludos!
jajajajaj!qué buen post diego...tan real.... Abrazos.
Creo que lo más interesante es lo poco trágicas que son las historias de amor, pero lo infinitamente trágicas que son sus relatos.
No sé por qué tu post me hizo acordar a mi hermana.
Tampoco sé por qué, pero me duele la nariz.
No te cuento nada más!
Escribís muy bien, loco de la guerra!
Si no se banca le pidan monedas, al menos intente tolerarlo, bombón (:
Feliz Primavera, Diegui!
yo lo único que odio de todo lo que escribiste es Pinamar y el caretaje que lo habita..
besito!!!
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