
Para hacerme un favor, ella vino a decirme, que me levante de la cama que ya era la hora.
Me lave los dientes, sin mirarme en el botiquín, me vestí mal con la ropa que junte del piso, y todavía sin abrir los ojos tomaba en la cocina, lo mas rápido posible el café con leche, (idéntico al que voy a tomar los otros 4 días), acompañados por el mismo paquete de galletitas, que me duran varias semanas, en la alacena.
Mientras miraba el reloj de la pared, "eran y 20", así que estaba justo con el tiempo.
Salí de casa solo, mientras ella volvía para meterse bajo las sabanas, cumplida su tarea de despertarme.
Todavía de noche, veía desde la parada del colectivo, que el kioskito de enfrente seguía con las persianas bajas. Me pareció raro, pero la verdad, ni me interesó.
Me bajé en la avenida Mosconi para esperar al segundo colectivo. Ahí se me entremezclaron los sentimientos de satisfacción y extrañeza, al verme solo en esa equina, sin cruzarme a ninguna de las personas que suelo encontrarme a esa hora. Miro el reloj y "ya eran y 35"…
Estaba llegando bien, en el momento que estiraba el brazo y paraba al 113.
Al ver que venia medio vacío, cuando es común dejar pasar a más de 3, que vienen colmados de gente, apurada por llegar a su trabajo, hizo que ya me empezara a inquietar. Si bien la buena suerte debe existir, ya había algo que olía mal.
Arriba de mi 2º bondi de la mañana, "deberían ser y 40"…(ya ni siquiera quise sacar el celular del bolsillo)….Cuando noté que al cruzar la General Paz, el sol ni se molestaba en amagar con pintar de naranja a las ultimas nubes que se abrían a lo lejos.
Donde estaba el sol?
Estoy llegando temprano y todavía es de noche. Y ya se perfectamente, que es al pedo mirar bien el reloj ahora.
"Son menos 5"…Ahora solo resta esperar una hora más hasta que sean las 8 menos 5 de la mañana.
Y la puta que te parió, a vos y al favor que me venís a hacer, para que no me quedara dormido.