martes, 22 de septiembre de 2009

El mundo es un pañuelo!

Recien me di cuenta que la Novia de Daniel Larusso, y la de Marty Mc Fly, es la misma Mina!!!
Ya nada tiene sentido...



Toco medio como el orto, al final creo que soy del palo del tango, a la mierda con tanto rock alternativo, indie o Madchester



AHAH y ya que estoy, si alguien adivina quien es el tipo que aparece en la foto del título tomando una cerveza, le regalo lo que me pida

lunes, 21 de septiembre de 2009

Hace algo de tu vida Forro!

La chica rubia de palermo que estudia abogacía, y el padre le paga las vacaciones en Pinamar con sus amigas, quedó perdidamente enamorada del tipo que está al borde de cumplir los 30, y hace malabares con clavas encendidas en los semáforos, con el riesgo de quemar las pocas rastas que le quedan, en su cabeza acechada por alopecia maquillada de cultura reggae.
Juntos bebieron de golpe un amor entero de libertad y progresismo, que duró casi dos meses, rozando tangencialmente a la primavera.
El final era inminente. Él no tuvo la culpa de no tener jamás, mas de $5 en sus bolsillos, o de tararear con la guitarra a Manu Chao, vistiendo con ropa de ferias, y alimentándose de mandarinas robadas.
Un día los viajes en el furgón dejaron de ser divertidos. El olor del porro no transformaba en gracioso a ningún comentario del Che Guevara.
Ahora ella baila, en Pacha. Y vos sos lo mismo que fuiste siempre, para cualquier almacenero de barrio: Un negrito roñoso!

Raro que suene Jeff Buckley



Aca saca la foto, no me ves, pelotuda.!..y la sacó donde quiso




Bueno no me banco mucho, que me vengan a pedir monedas, nada más.
Después trato de ser bueno con la gente.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Un Número de telefono

Hace tanto que no nos veíamos, que no aguanté y te volví a llamar. Lo conseguiste demasiado fácil. Vos me intimaste, viniéndome a buscar, al enterarte que en todo este tiempo de plena ausencia, yo había conocido a Melisa.
Supe que el orgullo de las minas es bastante fuerte, y que no podías bancarte el hecho de verme con otra.
La jugaste bien, como cuando tenes una buena mano para el envido, y sin deschabarte el tanto, te aguatas de cantarlo, para tener vos el “Quiero” después.
Y ganándome con 33 de mano, te fui a buscar.
Garchamos. A la mañana el beso rápido, y –cuando llegues llamame así hablamos-. Después cada uno a esperar su colectivo, a cada lado de la calle. Desde enfrente tiras un beso cuando te subís al tuyo, mientras sigo esperando a que llegue el mío. Te veo sentarte del lado de la ventanilla, y después de guardar las monedas me sonreís , antes de que el bondi arranque...
Creo que esa noche fue cuando quise pedir una docena de empanadas, para la cena, y no encontraba el número de “El noble repulgue” (que es el lugar a donde siempre llamo cuando pido empanadas), así que se me dio por llamar al que figura en uno de los imanes de la heladera.
Era un imán de color verde, de un local llamado “EMPANATA”. Llamé resignado, sabiendo que probablemente nadie me atendería. Ahora que me acuerdo, ese local dejó de existir hace rato, porque las veces que había marcado el teléfono sonaba de forma incansable, sin que alguien atienda. Fueron mínimo 3 las veces en los últimos meses, en que había marcado ese número sin encontrar ninguna voz detrás del tubo.
-Llamo , total no cuesta nada, que se yo!-, Por ahí estaban de vacaciones, o haciendo reformas , o en una de esas sin trabajar los días feriados.. Hubieran sido demasiadas las coincidencias que se tornaron las veces que decidía llamar a EMPANATA. Sin embargo, volví a marcar el número. Está vez, una chica me atiende y me toma el pedido, diciéndome que la docena me costaría $23, y en menos de media hora estarían tocándome el timbre.
A penas corté, me resultó extraña la llamada, porque el local existía a pesar de las veces anteriores en la que fue imposible comunicarme, y además el costo de la docena es irrisorio, ya que acostumbro a pagar en cualquier parte no menos de $35.
Al rato llega el chico del delivery, con unas empanadas que además de baratas, eran enormes y exquisitas, sin dudas las mejores que había probado en todo Ramos Mejia.
Hay algo que no anda bien, estaba seguro de que ese local no existía más, no podía ser que las otras veces nunca atendieran cuando los llamaba por teléfono. En realidad es un local que no recuerdo haberlo visto en la calle, lo conocía solamente por el número que figura en el imán pegado de la heladera. Imán que ni siquiera se como llegó a mi heladera. Ahí también figura su dirección, sobre la av. San Martin, aunque la numeración no se puede leer, ya que se encuentra borroneada, por gotas de agua o aceite, que le habrá caído alguna vez (Con fineza se distinguen 3 números, que indicarían que el local de EMPANATA, se ubica mínimo entre 10 cuadras, sobre esa Av San Martin, que empieza en la estación y alcanza el 1000 cuando llega a la plaza Bomberitos)…Creo que una sola vez vi el local. Por ahí tengo un vago recuerdo de su marquesina, ya reemplazada por otro negocio en al actualidad. Si es el negocio, en el que pienso, estoy seguro de que existió..Pero que hoy no está más. Sería capaz de asegurarlo, sin ningún fundamento sólido, y menos ahora que una chica me atiende, y me manda el pedido.
El hecho que el precio de la docena, sea tan bajo, me provoca una sospecha ridícula. Pongamos que en todo este tiempo en el que era imposible comunicarse, fue porque lógicamente EMPANATA, cerró hace un par de años,(como creía hasta hoy a la noche) y el local quedo vacío. ¿Puede ser que por alguna falla, del universo, se provoque un quiebre espacio-temporal, que me permita comunicarme con el pasado inmediato?, Pasado que evoca y palpita los acontecimientos propios, vividos hace un par de años, donde el local de EMPANATA, atendía a sus clientes y manejaba ese rango de precios para sus docenas. Fruto de la carga inflacionaria de la época.¿Quién seria capaz de vender una docena a $23 hoy en día?.
Los endebles pilares de mis sospechas están entablados únicamente, sobre esa suposición.
Quizás sea cierto que los empleados y dueños de EMPANATA, permanezcan encerrados en su local, viviendo 2 años antes que nosotros, prendiendo la tele y viendo a San Lorenzo festejar el campeonato de Ramón Díaz, o averiguando las listas de los padrones, para votar dentro de un par de meses a Lavagna como presidente de la nación.
Capaz, logre traer desde ese pasado reciente, por lo menos una docena de empanadas. Tal vez por mi perseverancia, en seguir marcando ese numero, que durante tanto tiempo se me negaba.
No es virtud de Quijotes hacer frente a estas pequeñas causas perdidas como las de rescatar locales de comidas cerrados hace un par de años, pero se que por mi empeño logré traerme de aquel espacio olvidado, preso en vaya a saber que dimensión de tiempo, aunque sea las mejores empandas de Ramos Mejía.
Me acuerdo que esa misma noche cuando terminé de comer, te llamé como me habías pedido, hasta que me cansé de escuchar sonar tu teléfono, y me quedé dormido.
Al otro día fue levantarse temprano para entrar al laburo, y cuando me quise acordar ya era jueves, creo que hasta había empezado octubre, porque me di cuanta que me había vencido la boleta de Edenor, Y no volvimos a hablar, después de tu sonrisa arriba del bondi.
Esa noche vaya a saber de que dimensión, ubicada en un universo antiguo, que atrasa algunos años, se había escapado algo más que una docena de empanadas.

martes, 1 de septiembre de 2009

HUMOR para pensar y repensar


Ayer fui a la panadería y compré medio kilo de Miñoncitos, y la chica que me atendió me dijo:
-"Te dejo la bolsa abierta porque están calentitos y va transpirar el Nylon,... los hicieron recién!"
-Dale no hay drama, Cuando llegue a mi casa me ocupo de anudarla bien!.
Pagué con un billete de $10 y me dio mi vuelto que ascendía a 6 pesos. Al instante salían de la caja registradora 3 billetes de $2. Notable desenvolvimiento de la linda chica que me atendía, tanto para las restas, como para evaluar las propiedades químicas de la condensación y licuefacción de los gases de la panificación.
No abrí la puerta al salir, porque la panadería de Ramos Mejía tiene un sistema automático que mediante un dispositivo eléctrico, la abre sola, dejando en evidencia la gentileza de sus dueños, que se toman el trabajo de ahorrarle a sus clientes el deber de empujar picaportes.
Estos otros, luego lo agradeceran pagando mas cara que en cualquier otro local del ramo, su pasta Frola.
Che, esto que acabo de escribir ,es una verdadera bosta.. O no?
Y claro que es una bosta!
La gente que tiene Blogs escribe esta clase de cosas y se cree muy graciosa y original.
Por eso tienen Blogs.
Il signorino Tornabene, su ritorno